Por: Ma. Del Carmen Herrero de Castro.
No es un secreto que en muchos hogares, niños y los jóvenes pasan actualmente varias horas al día frente a la computadora conectados a Internet. Este hecho debe llamar la atención de los padres.
No debemos olvidar que los principales responsables de la educación de los hijos son los padres. La escuela debe elegirse en consonancia con los valores de los padres y su papel es de apoyo en esta labor.
La familia ha ido transformándose con el tiempo. Las familias hoy, son muy distintas a lo que eran hace unos años. Lo primero que salta a la vista es que cada vez tienen menos integrantes. En muchas ocasiones son dos hijos como máximo y abundan las familias con hijo único. Por otro lado, es cada vez mayor la incorporación de la mujer al campo laboral, por lo que ha sido necesario delegar el cuidado de los hijos a otras personas.
Estos factores, contribuyen a que los niños pasen largos conectados. En muchos casos, sus padres no se oponen, pues (quizá ingenuamente) consideran que esto es un requerimiento para su formación académica.
Sin negar lo anterior, también es cierto que lo que ocupa mayormente el tiempo de navegación son otras actividades como: chatear con amigos, descargar música, videos, películas, entrar en redes sociales, jugar. Internet es un medio maravilloso, que como padres podemos utilizar en nuestro favor.
Quizá lo más importante en este aspecto es que más que informar a nuestros hijos sobre los riesgos y oportunidades de Internet, es indispensable tomarnos el tiempo y el esfuerzo de formarlos en valores éticos, en criterios claros que puedan llegar a interiorizar, para que puedan navegar de manera libre y responsable, pues lo que queremos, en definitiva, es hacer de ello personas mejores, personas autónomas.
En este sentido, es nuestro deber como padres controlar los contenidos a los que tienen acceso nuestros hijos, según su edad y madurez. Así como establecer un horario adecuado a cada circunstancia familiar.
Un primer paso es situar la computadora en un lugar céntrico de la casa, a la vista de todos. Esto actuará como un factor de disuasión y facilitará la supervisión por parte de los padres.
Por otro lado, es necesario establecer filtros en la computadora que bloqueen los contenidos nocivos para su desarrollo psicológico y afectivo. Principalmente, páginas con contenidos pornográficos o violentos. Para este fin, existen muchos programas disponibles en el mercado. Sin embargo, en combinación con lo anterior, conviene estar presentes y sin ejercer un control asfixiante y supervisar de cuando en cuando lo que están haciendo en la computadora. Debemos hacerles entender que lo que es peligroso en el mundo real lo es también en el mundo virtual: (hablar con extraños o hacer públicos datos personales).
Es fundamental lograr hacernos un espacio de tiempo en nuestro día para compartirlo navegando con ellos. Aprenderemos mucho de ellos (pues son ellos los que más nos pueden enseñar sobre el funcionamiento de la Red). Al mismo tiempo daremos criterios claros, en cuanto a lo que se debe y no se debe hacer; enseñándoles a enfocarse en la información que desean encontrar; abriéndoles horizontes culturales. En definitiva, formándolos. Y recordemos que se predica con el ejemplo: no podremos limitar el uso de las nuevas tecnologías en nuestros hijos, ni enseñarles su uso adecuado, si no somos capaces de hacerlo nosotros mismos.
Bibliografía consultada:
- GARCÍA FERNÁNDEZ, F. ¿Nuevos niños, nueva educación? Colegio Irabia, 2006.
- BRINGUÉ, X, SÁDABA, C., Nacidos digitales: una generación frente a las pantallas. RIALP 2009. Capítulos 2-5.